La música de Satori responde con exactitud su significado, un término Japonés que se emplea en el Budismo Zen para representar el presente, dejando a un lado el pasado y el futuro, que son solo una ilusión en el mundo físico.
Djordje Petrovic es la fuente creadora de Satori, proyecto que concentra sutilmente miles de sonidos del mundo en su música.
Sus inicios como DJ junto al productor El Mundo, revelaron solo un poco de su talento, ya que la identidad real la demuestra en el escenario y como artista ha llegado a su clímax desde que incorporó a The Band From Space dentro de su show, ofreciendo a sus escuchas elevados estados de conciencia que les permite ir más allá de lo evidente.
Llegar a ser uno de los actos más pretendidos dentro de la escena independiente no ocurre por casualidad, por lo que decidimos quedarnos en silencio, atentos y escuchar de viva voz como es que la música de Satori ha evolucionado.
Nacemos en una época caótica, todos buscando nuestro propio espacio. Un espacio que existe más allá de las ideas de lo que está bien y lo que está mal. Un espacio donde podemos rendirnos y encontrarnos a nosotros mismos. Satori nos ayuda a encontrar nuestro camino. Satori se inspira para capturar la música electrónica del mundo, donde combina infinitas mezclas de trance seductor y tonos terrosos que alteran la mente. No está definido por ningún género.
Satori está aquí para satisfacer a cualquier amante de la música meditativo provocando un viaje espiritual a través de su jardín sonoro infinito. Escuche mientras toma nuevas dimensiones de su mundo musical, donde el movimiento, los sueños y la creatividad son infinitos. Deja que el sonido viva en tu corazón, recolectando hasta el último recuerdo de danza y ritmo. El sonido de Satori es más que un simple interruptor en una caja de resonancia; él es el hombre detrás del instrumento, creando melodías desde el piano, kora, kalimba, y guitarra en combinación con una forma más profunda de música electrónica. Cuando esté listo, Satori lo encontrará allí, en el lugar con el que uno solo puede soñar.